Batallas

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o es de extrañar que hoy en día se ensalcen las batallas que acaecieron a nuestros antepasados. En los últimos años hemos visto como han proliferado las películas históricas.
Las representaciones bélicas siempre han existido y se han representado en todas las épocas.
Normalmente todas estas historias épicas van relacionadas por desgracia con el hambre, la lucha de clases, las enfermedades y la intolerancia.
Los sabios de la antigua Grecia lo tenían clarísimo. En la república de Platón queda reflejado en un dialogo, donde se explica como debía ser el buen gobernador: “El gobernante bueno y justo es el que procura y ordena lo provechoso al más débil, que es su súbdito, sin mirar nunca su personal interés”
No es raro que un dibujante de comix se quedara impresionado con una película titulada: “El león de Esparta”.
Esta película esta ambientada en las Guerras Medicas. Donde Jerjes extiende la guerra a la antigua Grecia.
Lo que a mí me fascina de toda esta historia es que Esparta no quiso ayudar a los atenienses en la guerra de Maratón. En cambio ellos con su feroz resistencia en la batalla de las Termópilas consiguieron que los demás ejércitos griegos se reagruparan y así permitir el contra-ataque.
Frank Miller el niño impresionado, nos impresiono con su obra 300. El comix nos refleja con unos dibujos impresionantes la gran proeza de Leónidas I y sus 300 hombres.
En la obra quedan reflejadas las escenas en las cuales Leonidas dice:
Si los bárbaros tapan el sol con sus flechas nosotros podremos luchar a la sombra.
O cuando Jerjes mando un emisario para que depusieran las armas y Leónidas contesto que “ven a buscarlas tú mismo”

Por desgracia, este tipo de batallas, se siguen dando hoy en día. Y las guerras son la consecuencia directa de no aplicar las palabras que hace miles de años escribiera Platón.
A día de hoy los gobiernos de este mundo globalizado todavía siguen gobernando para su propio provecho.
Mientras nosotros seguimos impasibles ante este horror, entretenidos en los teatros (y los cines) como en la antigüedad (soltando alguna lágrima, si todavía tenemos el corazón sin corromper), las batallas reales se seguirán librando a nuestro alrededor.

La única batalla que siempre perderá el hombre es el tiempo.

El tiempo:

Devora todas las cosas:

aves, bestias, plantas y flores;


roe el hierro, muerde el acero,


y pulveriza la peña compacta;


mata reyes, arruina ciudades


y derriba las altas montañas.


El Hobbit J.R.R. TOLKIEN

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